PARAÍSO, Homenaje a Victoria Ocampo, Acción de arte, 2011/2012



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En el marco de LA FUERZA DEL ARTE, etapa Otoño, Convivencia en las ciudades.

“Cada nueva primavera me sorprende con todas sus hojas y todos sus olores y cada vez me doy cuenta de que no la había mirado, ni respirado lo bastante la vez anterior.
” Victoria Ocampo (SUR 173)

Luego de años de interés y seguimiento sobre la vida y obra de Victoria Ocampo decido interpretar este fragmento de texto extraído de la Revista Sur como concepto y propósito de una acción de arte que vuelva a unir a Victoria Ocampo con sus jardines, sus plantas y sus perfumes.

La tarea consiste en trasladar desde su jardín de Mar del Plata un puñado de tierra, lavandas y romero hasta su bóveda en el Cementerio de la Recoleta.

A modo de ofrenda preparo un cuenco con los elementos escogidos. Camino en peregrinación al cementerio y procedo a ungir las piedras de su tumba con las flores de lavanda y las hojas perfumadas de romero. Acción que repito en varias series a lo largo de un año.

Imagino que la inmortal energía de Victoria habrá de reencontrarse con sus amados olores.

Al tiempo, como revelación o respuesta, vigorosos musgos nacen sobre las áridas piedras de su tumba.

Interpreto el hecho como mensaje y traslado esos musgos en un viaje memorable a su jardín de Villa Victoria, donde ahora están.

Intuyo que Victoria ha vuelto a sus jardines para formar parte de ellos y respirarlos eternamente.

Lo que ha superado la línea de la vida pertenece a otra realidad aún indefinible para los hombres, pero constituye una circunstancia que debe venerarse a través de actos que respeten la memoria y se proyecten con deleite hacia la trascendencia.

Agradezco profundamente a Elsa Rivoira que dio cauce a mi proyecto.

A Lucas Pastori y a Sebastián y Ariel Vocalino que se comprometieron con el trabajo de testimonio en fotografía, video y edición.

A Fabiana Barreda por la contención y respeto a través de su curaduría. A Lucía Seijo por la colaboración y ayuda.

A Lydia Betard y Susana López Merino, a Javier, a Sol, a Santiago y Paulita porque me apoyaron incondicionalmente.

Grace Bayala